SALUD MENTAL EN TRABAJADORES MAYORES

 

Las personas cada vez viven más, y se espera que la esperanza de vida siga aumentando en el futuro. Concretamente, según “Global Coalition on Aging”, en 2050 la población mayor de 60 años será aproximadamente de dos billones de personas. Pero no solo está aumentando la población de más de 60 años, sino que también aumenta la fuerza laboral de estas edades.

La propuesta de las Naciones Unidas “Decade of Healthy Aging” consiste en el primer esfuerzo global para mantener la salud, la independencia y la productividad de los adultos mayores (incluso de los mayores de 90 años). Sin embargo, esta no menciona nada acerca de la salud mental de las personas de estas edades. Este “vacío” debe ser afrontado por las empresas de forma proactiva.

En los últimos años la salud mental de los jóvenes ha ganado mucha importancia (y esperemos que siga siendo así), pero ¿qué pasa con la salud mental de los empleados mayores? Según diferentes organizaciones (Total Brain, One Mind y National Alliance of Healthcare Purchaser Coalitions), los trabajadores/as entre 40 y 59 años sufrieron durante el verano de 2021 el mayor aumento en estrés, ansiedad y negatividad.

La revista Forbes nos propone tres estrategias de intervención organizacional para cuidar la salud mental de los trabajadores senior:

1. Controles de salud y asesoramiento para empleados: llevar un chequeo y asesoramiento de salud periódico ayuda a las empresas a recoger información sobre la salud de su plantilla y modelar las políticas organizacionales, de forma que las necesidades de la gente mayor queden cubiertas.

2. Eliminar los estereotipos y la discriminación por edad: estereotipos como que las personas mayores se cogen más días de baja o son reacias a la innovación provocan discriminación a la hora de contratar o retener el talento senior. Por tanto, son necesarias estrategias para fomentar la contratación de estos trabajadores y la equidad en las retribuciones.

3. Prevenir el burnout: todas las generaciones han experimentado un aumento del burnout sufrido. Favorecer las relaciones sociales y las conexiones dentro de la empresa (siendo el nuevo modelo híbrido un reto en este contexto) puede ayudar a reducir el avance de este riesgo psicosocial.

En conclusión, la población mayor está aumentando, pero la protección de la salud mental no aumenta con ella. Es momento de fomentar la inclusión en la diversidad generacional, y esto es imposible si no se tiene en cuenta la salud mental de todos los trabajadores, tanto jóvenes como mayores.